Desde hace algunos años, cuando el uso de la computadora se empezó a popularizar, también lo hizo una idea que se propagó con rapidez: La brecha generacional se marcaba cada día más. Los jóvenes usaban computadoras y los adultos le temían a la máquina.
En sus inicios, quienes disponían de computadoras eran quienes tenían los medios económicos para comprar uno de aquellos pesados aparatos, o quienes se veían obligados a usarla en sus centros de trabajo, para lo cual se les enviaba a tomar un pequeño curso o se contrataba a un maestro ex profeso, que se limitaba a adiestrarlos en el manejo específico que le darían (expedición de recibos, captura de datos, venta de boletos etc).
Como desde hace unas décadas, las condiciones laborales favorecen a los jóvenes, los trabajadores de mayor edad se veían desplazados, además, por su desconocimiento computacional, por lo que proliferaron los institutos que ofrecían cursillos para salvar ese problema. Paralelamente, en las escuelas privadas se agregó a la currícula un curso de computaciónen, en las públicas, ocurrió después. La brecha se agigantaba.
Las nuevas generaciones parecían nacer con un chip integrado que les permitía manipular cualquier aparato, en tanto que sus padres veían ese mundo digital fuera de su alcance.
¿Los adultos le temían a la máquina? Desde mi punto de vista, NO.
El mundo había cambiado, es cierto, pero no tanto como para producir un shock en un ser humano del siglo XX tan acostumbrado a los cambios.
Si un niño manipula con suma facilidad un reproductor de CD o un teléfono celular, es porque no tiene plena conciencia de su precio y no le importa descomponerlo. Al adulto sí, porque creció con la idea del cuidado a los aparatos y porque fue quien invirtió en su compra.
Si nos remontamos a las primeras empresas que se digitalizaron, descubriremos que los ejecutivos que mejor manejaban las computadoras eran los Senior, después, los Junior. ¿Quién no recuerda haber visto a Don Jacobo manipular una computadora en 24 Horas? Sólo quien es lo sufientemente joven para no haber visto nunca ese noticiario.
Y ahora que se pretende convertirlas en el primer auxiliar de la educación, con una total falta de respeto se invita a los maestros "a que no le tengan miedo a la máquina", y se afirma que quienes no aceptan la RIEMS es porque no quieren digitalizarse. La realidad es que los maestros que no quieren cambiar es por inercia, en primera instancia, o porque no saben cómo incorporar la computadora a su práctica docente.
Reconozcámoslo, ¿cuantos de nosotros sabiámos, hace algunas semanas cómo hacerlo?
Por mi parte, yo sólo la empleaba para preparar mis clases, elaborar escritos, exámenes y programas, para construir mapas conceptuales, cuadros, guías, buscar imágenes e información, entre otras cosas, que proyectaba con un cañón. ¡Y me sentía innovadora! Gracioso, ¿no?
Hasta ahora nunca me he encontrado a nadie que le tenga miedo a una computadora, y sí a muchas personas que no saben usarla y que lo único que buscan es a alguien que les enseñe, con la calma suficiente para permitirles ver el teclado y el monitor.
Hablar de "temor a la máquina" nos remonta al hombre de las cavernas con su "temor al trueno". Tengamos un poquito más de respeto.
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Buenas tardes!
ResponderEliminarMuy cierto lo que comenta tutora, muchos de nosotros estamos con la idea erronea de que utilizando la computadora para realizar diapositivas y proyectarlo en el aula ya es algo innovador, asì como bajar informaciòn de la internet.
Sin embargo eso no es asì va màs allà de una simple investigaciòn u elaboraciòn de trabajos por medio de la maquina.
Al estar platicando con mis alumnos acerca del uso de la internet externaron que les gustaria mandar tareas y comentarios por medio de un foro, por lo que le pedi asesoria a un profesor de informsatica para poder realizarlo ya que considero que es una buena opciòn, asì como esta actividad se pueden hacer màs en beneficio de la educaciòn de nuestros chicos.
Mi estimada tutora: Estoy completamente de acuerdo con lo que expresa en esta página. Realmente el mecanismo más sencillo es el cambio de actitud para enfrentarse a los retos. Sin embargo, a veces cuesta trabajo, máxime cuando como en mi caso, me prepare academicamente en un área de trabajo llamada etnobiologia que entre otras cosas se dedica a conocer y a revalorar las culturas tradicionales. Por lo tanto, mi cerebro estaba programado para desechar,hasta dondes sea posible los aparatos o logros de la tecnologia: No uso ventilador, aire aconcionado, no tengo coche, en suma trato de vivir de manera más natural. Sin emabargo,he podido ver que la tecnología tiene su lado bueno y, por lo tanto, hay que aprender y mantenenerse vigente. Con atentos saludos, Eleuterio.
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