sábado, 10 de octubre de 2009

Los usos de Internet

En este caso, en vez de desarrollar toda una disertación acerca del uso que los estudiantes hacen del Internet, prefiero comentar una anécdota que, desde mi punto de vista, resulta ilustrativa de los prejuicios que podemos desarrollar en su contra.
Hace poco tiempo, hablaba con una jovencita de aproximadamente13 años que cursaba el segundo de secundaria. Súbitamente, ella se despidió diciendo que tenía que ir al café Internet por su tarea de Historia. Le pregunté, y ella respondió que debía hacer una investigación sobre la caída del muro de Berlín. Empecé a hablar un acerca de eso, pero ella se mostraba poco interesada.
-"La verdad -me dijo-, sólo voy a recoger mi tarea. El chavo del café la baja de Internet, la edita y la imprime. Por diez o doce pesos me entrega las hojas listas para que entreguarlas".
-"Ni siquiera vas a buscar el tema tú? -pregunté. ¿Cómo sabes que estará bien?"
-"No hay problema -respondió- el chavo ya sabe. Él hace un montón de trabajos de mi escuela, de la prepa y hasta de la Universidad. Él ya sabe qué es lo que cada uno necesita."
-"¿Por lo menos la vas a leer antes de entregarla?"
Sonrío un poco apenada "...Bueno... sí... pero en realidad no es tan necesario... sólo que el maestro diga que tenemos qué exponer o que va a preguntar, pero ahora no dijo nada... Sí la voy a leer... para el examen... aunque... parece que ahora el maestro no va a hacer examen... pero... sí la voy a leer... para enterarme ¿no? ". Respondió, se despidió y se fue.
Algunas semanas después, me presentaron a una señora que resultó ser una colega, maestra de secundaria. Ignoro si del plantel al que iba la jovencita o no y le hablé del asunto. Claro que estaba enterada. Ella y todos los maestros, pero hablaba de eso como si fuera un mal necesario: Tenían la obligación de pedirles a los muchachos trabajos de investigación, y no había manera de obligarlos a leer.
La escuché hablar sobre el escaso interés de la juventud por la lectura y por la educación, en general. Los pocos muchachos que se interesan no necesitan que los obliguen, ellos solos estudian.
"Y el Internet -decía- está lleno de basura, música y quién sabe cuántas cosas que emboban a los jóvenes. Se la pasan viendo videos de gente que se cae o sufre accidentes, fotos de artistas, videos musicales, cuando no llegan al extremo de ver pornografía y demás porquerías. Es peor que la televisión, que ya es decir mucho". Concluyó.
Por supuesto que la respuesta me dejó totalmente sorprendida. Le hablé acerca de integrar las TIC a las aulas para hacer del Internet una herramienta para la educación, de que también se encontraba allí información fidedigna acerca de prácticamente cualquier tema, etc. Después de hablar durante un buen rato, de repente caí en la cuenta de que no había preguntado: "¿Cómo sabe usted qué lo que sus estudiantes hacen en Internet, cómo se enteró de para qué la usan? ¿Les preguntó?
La respuesta fue, simple y llanamente, lapidaria: "Es obvio ¿no? Son jóvenes y eso es lo único que les interesa".
Lo terrible de la situación no es que se tratara de una maestra, sino que ella misma era relativamente joven y conocía la Reforma, pero no le interesaba pues suponía que sólo se trataba de una cuestión sexenal. Ella se conformaba con "hacer su mejor esfuerzo".
No voy a agregar más, y sólo espero que sea un caso único.